Cuellos de lana

20 febrero 2014

El patrón de este cuello me lo pasó una compañera de la facultad. Estoy segura que lo plagió de algún blog, pero como no tengo el original, sino la copia que me dio con sus modificaciones, no he podido encontrar la fuente para citarla.

Estas bufandas las hice allá por 2005 y aún las sigo utilizando, porque son muy cortitas y son perfectas para tapar tan sólo el cuello. Al ocupar muy poco espacio, me resultaban muy útiles cuando salía por la noche porque me las quitaba y al bolso, nada de ir cargando por ahí toda la noche un tocho de bufanda de las mías.

Yo utilicé un ovillo de Sherpa de Katia y restos de lanas para el ribete, agujas de 7 mm y un ganchillo también del 7, para tejer el ribete en contraste. Las instrucciones, tal y como me las pasaron, son las siguientes:



Montar dos puntos y repetir las dos vueltas siguientes, vuelta 1, todo del derecho y vuelta 2, aumentar un punto y tejer del derecho el resto, hasta que tengamos 24 puntos (más si la queremos más ancha o menos en caso de quererla más estrecha)

Continuamos a punto bobo hasta que la labor mida desde el inicio unos 60 cm. Entonces, repetimos estas dos vueltas: vuelta 1, todos los puntos del derecho, vuelta 2, tejer dos puntos juntos, el resto del derecho, hasta que nos queden sólo dos puntos en la aguja, que tejeremos juntos del derecho.
Para hacer el ribete, utilizamos una lana en contraste y con el ganchillo, bordeamos todo el cuello en su extremo más ancho con un ribete de conchas, o el que más nos guste.


Y ya está. Yo para cerrarla utilizo un imperdible. Cuando hice la marrón estaba en plena adicción a Pontejos, así que si os fijáis en la foto, el imperdible está tejido a juego con el ribete del cuello y lleva abalorios. Con el gris, simplemente compré un imperdible con brillis.

Quitando telarañas.

19 febrero 2014


Estos últimos meses se han pasado volando entre los hilos, lanas y agujas de encargos de clientes y proyectos propios, acabados o esperando pacientemente un último remate. Cada vez que surge una nueva idea, dibujo en mi mente el boceto del tuto para subirlo y compartirlo con vosotros. Y ahí se queda, a la espera de maquetación. Si ya es difícil conciliar la vida familiar con la laboral, introduce la creación artesana y el diseño blog y verás que la ecuación ni con cien pizarras la resuelves. Pero voy a intentarlo. Os habréis dado cuenta que el blog parece distinto. No lo parece. Después de tanto tiempo sin escribir me apetecía hacerle un pequeño lavado de cara. Y donde digo pequeño, quiero decir que he cambiado absolutamente todo. Todavía quedan pequeños flecos que iré puliendo con el tiempo (o cuando fallen aparezcan). Por el momento, os vuelvo a dar la bienvenida. ¡Nos leemos pronto!

Con dos pares de cojines

11 septiembre 2013

Al principio del verano me auto-impuse la tarea de montar por fin la habitación de la peque. Va despacito, pero al menos he recuperado mi espacio de trabajo. Y para celebrarlo, nada mejor que hacer mis propios cojines. Si llego a saber el trabajito que me esperaba, los hubiera comprado ya hechos. Bah, no, me han quedado geniales y me encantan.

Éste fue el primero que hice para la habitación de Claudia. La muñeca, como es para uso personal, está totalmente inspirada, con algunos cambios, en una ilustración de una web infantil. ¡Y por fín bordé un nombre en condiciones! La manta que aparece en la foto la hice hace un par de años. Es un poco escasa para la cama, pero hasta que termine el cobertor, es lo que hay.


Estos tres son para la habitación desastre, conocida en casa como taller-biblioteca. El de los pajaritos está hecho como el de Claudia, fieltro y tela. Los de los búhos, son telas compradas en Almuñecar.



Mientras cortaba en fieltro las piezas para este cojín, mis queridos primos Zamora Gómez y Grittu se empeñaron en amargarme la costura diciéndome que no eran pajaritos, sino ballenas. ¡Son pájaros! ¡Tienen patas y están en césped! ¡Y cantan como los ángeles! ¡Pájaros, pájaros, pájaros!

Y ésta es la trasera de uno de ellos. Son todos iguales, tres botones. Cada uno tiene una trasera de un color diferente, pero todos en rosa y verde.


Y ya está. Éstos son algunos de los deberes de este verano. Bueno, hice un primer cojín de prueba con retales, para sacar el patrón general y para saber si iba a ser capaz de hacer un ojal. Por eso es el único que tiene un sólo botón de cierre. 


El primero fue el más pequeño, de 45x45. Los del sofá son de 50x50 cm y el de la cama de Claudia es casi un cuadrante, con sus 55x55 cm de relleno y un borde exterior que le da unas dimensiones totales de 65x65 cm.

Me ha gustado esto de hacer cojines. Tienen su trabajo, sobre todo los que llevan figuras de fieltro, pero ¿y la satisfacción de decir "los he hecho yo"?

Como el plagio nos daña a todos.

02 agosto 2013

Cuando creamos un producto, seamos conscientes o no, nos inspiramos en cosas que otros han creado antes. Es casi inevitable, a no ser que seas un súper genio súper innovador. El diseño está impregnado de los gustos y experiencias del diseñador, y es muy difícil obviar pasiones y modas. Pero hay una fina línea (vale, a veces no es fina, es un muro de Berlín en toda regla) entre el inspired by y la copia burda. Y hoy estamos rodeados de copias, de imitadores sinvergüenzas y sin vergüenza que no dan tregua. Vale que te inspires en lo que te gusta, vale que renueves un diseño con tu propio estilo... pero yo ya estoy CANSADA de ver como al día siguiente de poner a la venta un producto artesano, con las horas de preparación y trabajo que llevan, con las vueltas que le damos hasta dar con el resultado final perfecto, tachán, copia al canto. 

Me he encontrado esta imagen por los círculos artesanos de Internet. Me ha parecido perfecta para ilustrar el proceso, por si todavía queda alguien que no lo pille. Y si alguno se da por aludido, ya sabes, me plagias, nos jodes.


La importancia de las anillas en las Bandoleras Portabebés.

31 julio 2013


Para mi, la bandolera de anillas es un básico a la hora de portear, por su comodidad y sencillez. Cualquier mami con una máquina de coser puede confeccionarse su propia bandolera. Basta con hacer una búsqueda en Google para encontrar distintas maneras de coserla, dependiendo del tipo de pliegue que quieras que haga en el hombro. Sólo hace falta una costura firme y segura para que la tela no se descosa con el uso. Pero la seguridad de una bandolera no sólo reside en la costura, ni siquiera en el tipo de tela. Lo importante a la hora de confeccionar nuestra bandolera son las anillas. Es lo que va a soportar el peso del bebé. Existen en el mercado distintos tipos de anillas que podemos utilizar con las bandoleras.

En Titerris empleamos para su confección anillas de aluminio Sling Rings. Es un metal muy ligero, resistente a la corrosión, y con una alta resistencia a la tensión. Estas anillas se hacen con molde, por lo que no tienen zona de unión y pueden soportar hasta 112 kg de peso. Están específicamente fabricadas para usar con portabebés, por lo que pasan por una serie de procesos adicionales con la finalidad de confirmar su seguridad. Además, tienen que superar exhaustivos controles que aseguren que están libres de cualquier sustancia tóxica que pueda suponer algún riesgo para los bebés. Porque sí o sí, los peques van a chupar las anillas, sobre todo durante la dentición.

Lo que no debéis hacer nunca es utilizar cualquier anilla que encontreis. Lo más fácil es utilizar anillas de acero inoxidable. Se encuentran fácilmente y son baratas. Es muy importante que si utilizáis estas anillas, estén soldadas, con una soldadura limpia que no rasgue la tela y sin impurezas para que no pueda abrirse. Si se utliza una anilla no soldada, va a abrirse al soportar el peso del bebé, y si el grosor es insuficiente, además de abrirse se va a estirar hasta dejar caerlo.

Por todo ello, las bandoleras de Titerris NO utilizan anillas de acero inoxidable. No son tan seguras como las de aluminio, y para nosotras, lo más importante es la seguridad de los más pequeños y la tranquilidad de sus padres.