Caballo de tela.

29 mayo 2013

Siempre me han encantado los caballitos de madera, así que éste es uno de mis proyectos favoritos hasta ahora. Las fotos son malísimas, pero tenía tanta gana de compartirlo con vosotros que de momento tendré que conformarme. Cuando tenga alguna foto más decente, editaré. Además, no pretendía hacer un tuto, por lo que no he documentado todos los pasos. Pero así os podréis hacer una idea.

Lo primero es dibujar la plantilla de nuestro caballo y pasarla a la tela que vamos a utilizar, dando unos centímetros de más para las costuras. Cortamos la lana que va ha hacer de crin y la alfileteamos en la tela para coserla. No cerramos el cuello, porque es por donde vamos a rellenar.



Una vez hecha la cabeza, la rellenamos. Yo utilizo miraguano, pero cualquier tipo de relleno blandito puede servir. No aconsejo las bolsas de plástico, porque queda demasiado duro. Cuando esté tomando forma, introducimos el palo de madera que será el asiento de nuestro caballo. Terminamos de rellenar el caballo y lo cerramos.

Dibujamos las orejas y las pasamos a tela. Una vez hechas, las cosemos a mano a la cabeza, a la altura que más nos guste. Con un trozo de fieltro negro, dibujé las pestañas y se las cosí.


Ya casi lo tenemos. Nos toca el bocado y la brida. Yo los hice con cinta grossgrain, porque era lo que tenía más a mano. Lo suyo es hacerlo con cuero, por eso de ser lo más realistas posibles.


Colocamos el bocado en su sitio. Yo hice una yegua, así que le puse una flor en las crines. Forré con washi tape el extremo del palo. ¡A galopar!




Bola de nieve (de purpurina, más bien)

20 mayo 2013

El proyecto de hoy es sencillísimo y casi todos los materiales los tenemos por casa. Es una versión casera de las bolas de nieve que todos hemos tenido alguna vez. El tiempo que nos va a llevar su realización depende de los materiales que utilicemos y de si vamos a pintar la base. Es un proyecto perfecto para involucrar a los niños, aunque acabemos con la casa llena de pinturas (se lavan, no pasa nada) y purpurina (se esparce cual pandemia y tú, tu ropa y tus muebles van a estar brillando una buena temporada) Empezamos.

Los materiales que vamos a utilizar son:
- Un bote de cristal. (yo he reutilizado uno de mermelada)
- Agua o aceite tipo Johnson´s. (la mía lleva agua del grifo)
- Purpurina.
- Pegamento no soluble en agua.
- Pintura acrílica y pincel (en caso de que queramos pintar la base de nuestra bola.
- La figurita que queramos que esté dentro de nuestra bola.

Empecé pintando la tapa del bote de mermelada, con acrílico. Necesité tres capas para cubrirla bien. Dependiendo de la calidad de las pinturas que utilicéis  necesitareis más o menos capas, y variará el tiempo de secado.

Una vez seca la pintura, pegué la muñequita. El pegamento que yo utilizo es E6000. Es uno de los más utilizados en manualidades, porque pega casi todo tipo de materiales y queda transparente. Pero podéis utilizar casi cualquier pegamento que tengáis en casa. Eso sí, cuidado con que no sea soluble en agua, porque una vez que llenemos el bote, acabará despegándose, si o si. El E6000 tiene un secado lento, así que para asegurarnos, dejamos que pasen un mínimo de 12 horas. Así, no nos llevaremos sorpresas.

Una vez seco el pegamento, llenamos de agua (o aceite) nuestro frasco, nunca del todo, porque al introducir la figura veremos en acción el Principio de Arquímedes. Y por último, espolvoreamos el agua con purpurina. Yo mezclé purpurina rosa y morada. Si vais a regalar esta bola a algún niño, o por simple precaución, antes de cerrar el bote recomiendo que pincelemos el interior de la tapa con pegamento, para sellarlo y que no pueda abrirse. En este caso, volvernos a necesitar tiempo de secado.


Y ya está, ya tenemos nuestro proyecto terminado. El mío ha sido un pelín fail. No tuve en cuenta el efecto lupa del agua en el cristal, y la Kitty se ve gigante. Tendría que haber elegido un adorno más pequeño, pero esto es el denominado efecto prueba/fallo. En la próxima tendré ésto en cuenta. 

Ir al Museo no Mata

17 mayo 2013

Cada año, desde 1977, se celebra el día internacional del Museo, alrededor del 18 de mayo. Esta fecha es un poco orientativa, porque dependiendo de la organización de cada ciudad, esta celebración puede ser de un día o una semana, en las que se intenta concienciar al ciudadano de la importancia que tienen los museos en el desarrollo de las sociedades.

Este año en Puertollano, ha surgido una iniciativa por parte de un colectivo de artistas y creadores de Puertollano, Colectivarte, que con el apoyo del ayuntamiento, han organizado una serie de actividades durante todo el día 18, teniendo como epicentro el Museo Municipal y agrupadas bajo el eslogan "Ir al Museo No Mata"

Una de las actividades es "Construye Tu Ciudad", un medio de expresión para construir entre todos la ciudad que nos gustaría. Esta es mi aportación a esa ciudad ideal, que en un ratito llevaré al Museo para que esté preparada para mañana.


Espero que os guste. ¡Nos vemos mañana!

Aprendiendo a atarse los cordones.

13 mayo 2013

Hace un par de días me encontré en Pinterest con esta buena idea: un cartón para practicar la lazada de los zapatos. 


Como no podía ser de otra manera, este fin de semana me puse manos a la obra. Es una buena idea por dos razones: es útil y es perfecto como manualidad para realizar con los niños. Además seguro que todos los materiales los tienes por casa. El enlace original está aquí. Tan sólo necesitamos cartón, rotuladores, tijeras y cordones de zapatos. Si quieres ser más creativo, añade colores, purpurina, pegatinas... lo que se te ocurra y/o el peque quiera poner. 

Yo he realizado mi propio tuto:

1 y 2 -  Dibujamos la silueta de los zapatos de nuestro peque.
3 -  Decoramos la silueta y el cartón. Aquí podemos dejar volar nuestra imaginación, y la de los niños que seguro nos están ayudando.
4 - Punteamos los agujeritos por donde vamos a introducir los cordones.
5 - Ponemos los cordones.
6 - ¡Ya está! Ya tenemos nuestro cartón "aprende a atarte los cordones" terminado.

Fácil, ¿eh? Ala, ya podeis realizar el vuestro. Ahora sólo nos queda apenderse la canción:

Había una vez un árbol en el bosque (al hacer el primer doblez)
Un día un conejito dió la vuleta alrededor de él (al rodear el lazo con el otro cordón)
Encontró una madriguera y se metió sin dudar (al meter el cordón por debajo del lazo)
Pero como era pequeñito necesitó ayuda y por eso tiró, tiró, tiró (al tirar para apretar el nudo)

¡A practicar!


Buscando habitación.

06 mayo 2013

En nuestra primera noche juntas no dormí más de media hora seguida. No podía dejar de mirarla. Quería estar todo el tiempo posible tocándola. Ya en casa, nos pasábamos todo el día, y toda la noche pegaditas, porque estaba todo el tiempo mamando. Y yo no dormía, cabezazos en el sofá en los que me moría de miedo pensando que se me iba a caer de los brazos. Así que, sin pensar si quiera que lo que hacía tenía un nombre, colecho, la metí en nuestra cama. Una maravilla. Las dos dormíamos de un tirón, y ella sólo tenía que acercarse a mi pecho para alimentarse, sin apenas desvelarnos. No lloraba. No pedía leche porque la tenía siempre. Y luego vino el porteo, lo que me dejó "las manos libres" para poder dar de mamar y seguir con mis tareas habituales. Y seguía sin llorar. Para qué, si todas sus necesidades estaban cubiertas. Pero al año empezó a andar, se destetó sóla y comenzaron los llantos por frustración. Pero seguimos con el porteo y con el colecho. Cuando digo seguimos, me refiero justamente a eso: cuatro años después seguimos durmiendo juntas, pegadas cual lapas, atravesadas en la cama y dando patadas al padre sufridor que nos pide, o exige, según el tamaño en centímetros en el que ha pasado la noche, que la niña necesita su propia cama. 

Y en esa estamos, buscando con toooooooooda la tranquilidad del mundo la habitación nueva para la peque. No es tarea fácil: yo no quiero y ella tampoco. Y partiendo de ahí, os enseño unas fotillos de habitaciones para niños que me encantan. Acepto sugerencias.
















Tengo más ideas, de hecho, tengo la cabeza llena de habitaciones infantiles, llenas de colores y de cuadros, y de banderines, y de libros, y de ramitas para que aniden los pájaros de mi cabeza... Pero para empezar, no está mal. Suerte para mi y ganas de trabajar en ello, que no de realizar una mudanza real. La verdad, busco una cama grande porque soy totalmente consciente de que acabaremos durmiendo las dos ahí, y padre sufridor que disfrute de la cama plaza de toros todita para él. Amén.