Con dos pares de cojines

11 septiembre 2013

Al principio del verano me auto-impuse la tarea de montar por fin la habitación de la peque. Va despacito, pero al menos he recuperado mi espacio de trabajo. Y para celebrarlo, nada mejor que hacer mis propios cojines. Si llego a saber el trabajito que me esperaba, los hubiera comprado ya hechos. Bah, no, me han quedado geniales y me encantan.

Éste fue el primero que hice para la habitación de Claudia. La muñeca, como es para uso personal, está totalmente inspirada, con algunos cambios, en una ilustración de una web infantil. ¡Y por fín bordé un nombre en condiciones! La manta que aparece en la foto la hice hace un par de años. Es un poco escasa para la cama, pero hasta que termine el cobertor, es lo que hay.


Estos tres son para la habitación desastre, conocida en casa como taller-biblioteca. El de los pajaritos está hecho como el de Claudia, fieltro y tela. Los de los búhos, son telas compradas en Almuñecar.



Mientras cortaba en fieltro las piezas para este cojín, mis queridos primos Zamora Gómez y Grittu se empeñaron en amargarme la costura diciéndome que no eran pajaritos, sino ballenas. ¡Son pájaros! ¡Tienen patas y están en césped! ¡Y cantan como los ángeles! ¡Pájaros, pájaros, pájaros!

Y ésta es la trasera de uno de ellos. Son todos iguales, tres botones. Cada uno tiene una trasera de un color diferente, pero todos en rosa y verde.


Y ya está. Éstos son algunos de los deberes de este verano. Bueno, hice un primer cojín de prueba con retales, para sacar el patrón general y para saber si iba a ser capaz de hacer un ojal. Por eso es el único que tiene un sólo botón de cierre. 


El primero fue el más pequeño, de 45x45. Los del sofá son de 50x50 cm y el de la cama de Claudia es casi un cuadrante, con sus 55x55 cm de relleno y un borde exterior que le da unas dimensiones totales de 65x65 cm.

Me ha gustado esto de hacer cojines. Tienen su trabajo, sobre todo los que llevan figuras de fieltro, pero ¿y la satisfacción de decir "los he hecho yo"?