Ciertas personas de mi entorno consideran que tengo una personalidad obsesivo-compulsiva. No estoy de acuerdo con ellos, ni el yo que escribe ahora ni ninguno de los otros que forman mi yo paranoide-esquizofrénico. Al grano. Cuando Claudia cogió el elefantito que por cierto, no tejí para ella, pero quién es la guapa que se lo quita ahora, me dijo que quería una bailarina. Y a las 12 de la noche, rebusqué entre los restos, y encontré una lana marrón que ni idea de dónde había salido. Así que volví a armarme con mi libro de patrones y a las 3 y media de la mañana nació esta pequeña osita que le ha alegrado la mañana a la peque. Veremos que toca esta noche. Dormir, espero.
P.D.: Ya se que las fotos son una castaña. Prometo que cuando aumente mi colección haré una sesión fotográfica de más calidad. O algo.
Por si os interesa, aquí dejo el enlace del libro del que estoy hablando, Amigurimi World, de Ana Paula Rimoli.
La lana marrón me suena a cuello...
ResponderEliminarNo creas... ayer encontré otro alijo de lana y allí estaba el resto del cuello... Sigue pensando.
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